Liderazgo en tiempos de crisis

Liderazgo en tiempos de crisis

El arte de dirigir una empresa en el fondo se reduce a dos cosas: clientes satisfechos y empleados motivados. Digamos que ambas cosas están interrelacionadas.

Las empresas están sostenidas por sus trabajadores: personas, “corazones latientes”, que piensan, sienten y padecen.

Los empleados de las empresas que funcionan bien están motivados, les gusta su trabajo, tienen orgullo de pertenencia. Saben hacia dónde va la empresa, cuáles son sus planes, porque alguien se los ha contado. Se cuenta con ellos, se les piden iniciativas y son proactivos. Saben que son ellos los que hacen funcionar la empresa y, naturalmente, se les retribuye adecuadamente. Tienen un reconocimiento por su trabajo.

Esto, que se dice en pocas palabras, no es sin embargo sencillo y mucho menos en tiempos como los que vivimos, en los que el mundo cambia muy, pero que muy deprisa. Toca recapitular, analizar, mirar hacia dentro, hacer ajustes, algunos, quizás dolorosos. Hacer de la necesidad virtud y ser más eficientes, redefinir los procesos. Buscar ese talento que existe en todas las organizaciones. Reinventarse, confiar en las personas y en su inmensa capacidad de adaptación y de innovación.

En el proceso de coaching se movilizan las “fuerzas dormidas” de las empresas.

Es ese precisamente el reto que los directivos tienen en estos momentos, y para ello, el coaching es una herramienta más que valiosa. Un coach puede ayudar al directivo a enfocar el cambio que necesita su empresa. Es el espejo en el que el directivo piensa en voz alta y se hace las preguntas adecuadas, se plantean los problemas a resolver, se buscan las alternativas posibles,… y se toman decisiones. En el proceso de coaching se movilizan las “fuerzas dormidas” de las empresas.

El papel del coach será el de establecer el entorno adecuado para que: la alternativas de cambio fluyan, para que el directivo encuentre el lugar y el momento para iluminar un camino que no siempre se presenta con claridad, para mejorar un liderazgo positivo que permita a la empresa el impulso que necesita para abordar las dificultades que se presentan.